CON EL ANUNCIO DEL GOBIERNO DEL 3% DE AUMENTO PARA EL AÑO 2013…
¡PREPAREMOS CON ENTUSIASMO NUESTRA PELEA POR AUMENTO SALARIAL EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA!
Con regocijo en todas las Sedes se ha recibido el anuncio que hemos hecho los trabajadores de emprender, para el presente año, un movimiento que culmine en un aumento de salarios para todos los trabajadores de la Universidad Nacional de Colombia. Y decimos con regocijo, pues para nadie es un secreto que han pasado 16 largos años desde que los trabajadores tomamos la firme determinación de sacudirnos del oprobioso salario mínimo que recibíamos como remuneración en aquellos, ya bastante lejanos, años noventa.
Y es que como siempre suele suceder, las administraciones de turno han olvidado que en esta Institución existen los trabajadores y, sobre todo, que existimos no como elementos integrantes del inventario o como simples “instrumentos de la academia”, como incluso algunos directivos y profesores se han atrevido a calificarnos en algún momento, sino que nuestra presencia es fundamental como estamento integral de la comunidad universitaria. Este “olvido” ha hecho que esas administraciones jamás se pusieran en la tarea de adelantar procesos o de implementar políticas salariales que permitieran mantener el poder adquisitivo de sus colaboradores, todo porque muchos de ellos creen que los trabajadores de la Universidad estamos demasiado bien remunerados y porque al no ser “misionales” ni “estrictamente necesarios” el pago por nuestra labor no debería sobrepasar el salario mínimo, demostrando así el enorme desprecio que se siente por nuestro trabajo y por nuestro estamento.
Contrario a esto, en realidad somos los trabajadores quienes a diario tenemos que sufrir lo que significa sobrevivir con un salario precario en una Institución que, a pesar de recibir el presupuesto más alto de todas las instituciones de educación superior del país, es una de las que más mal remunera a sus empleados: baste mencionar, a manera de ejemplo, que el promedio salarial en el nivel asistencial no supera los $890.000, los cuales nunca llegan completos al bolsillo de los empleados, pues gracias a la precariedad salarial y “discapacidad adquisitiva” a la que nos hemos visto sometido por años, las personas han tenido que vivir endeudadas hasta el tuétano, víctimas de bancos, cajas de “compensación” y de toda clase de agiotistas y de especuladores del crédito, que se aprovechan de las necesidades familiares para llenar sus arcas particulares. Mejor dicho, todo el mundo aquí sabe que luego de pagar toda suerte de acreencias y obligaciones, el salario mensual que recibe la mayoría de los trabajadores en el nivel asistencial no supera los $600.000 en promedio.
Y mejor ni hablar de algunos trabajadores quienes, pasados 30 o más años de servicio a la Universidad, a la hora de pensionarse ven, con gran rabia y desolación, cómo su vida se fue en vano gracias a que su mesada no alcanza ni siquiera al milloncito de pesos y prefieren continuar trabajando hasta que los saquen o, en el mejor de los casos, terminan rogando por una ODS en la propia Universidad antes que salir a la calle a morirse de hambre o acaban empleándose afuera por otra miserable remuneración, pues ya nadie les va a pagar por su experiencia o conocimiento (1).
Estos ejemplos de la vida real solo pretenden demostrar que la política salarial de la Universidad ha logrado lo que el Estado ha intentado hacer por años: esto es, QUE LOS TRABAJADORES NUNCA SE JUBILEN Y TERMINEN ENFERMOS Y MURIENDO EN SUS SITIOS DE TRABAJO.
Ahora bien, mantener a los trabajadores en esta miserable condición salarial y laboral, entrega a la administración el rédito despreciable de postrar la dignidad del empleado pues, por lo general, nos hacen ver de manera permanente y de distintas maneras que es preferible tener lo poquito que se tiene a no tener nada, pero lo más perverso es que, además, muchas veces consigue volver incondicional y dócil al trabajador mostrándole la carnada del “encargo” (disfrazado de ascenso dirigido a dedo), al cual seguramente accederá dependiendo de lo bien que se porte y de su capacidad de entrega y sumisión.
Pero en medio de este desconsuelo salarial no todo es tan malo para algunos pocos elegidos: como ya SINTRAUNAL lo ha informado anteriormente y por varios medios, desde que el rector cuenta con las facultades supraterrenales de hacer con la planta lo que se le da la gana, se han se han creado infinidad de cargos en los niveles asesor y ejecutivo para dejar en buena condición económica a los amigos de las administración y, además de esto, les han realizado repetidos y descarados aumentos de sueldo. Como si esto fuera poco, el nuevo Rector de la Universidad decidió como uno de los primeros actos de su monárquico gobierno, autorealizarse un aumentico salarial que también le representa una muy buena plata mensual a todo el nivel directivo tan necesitado, sacrificado y sufrido.
Lo anterior quiere decir, ni más ni menos, que no es que no se pueda pensar en un aumento de sueldo para el estamento trabajador o que estemos desquiciados al pensar como lo hemos hecho en la posibilidad de un aumento salarial, cuando aparentemente existe tanto déficit y necesidad de recursos en la Universidad. Para todos los trabajadores resulta absoluta y perfectamente claro que para obtenerlo se necesita de la simple voluntad política y la inquebrantable decisión de la actual dirección de la Universidad Nacional de Colombia de reconocer la labor que desarrolla el personal administrativo en el complejo engranaje de la educación pública, abandonando por completo la política del mínimo salarial y adoptando herramientas y acciones -en el inmediato y en el largo plazo- que de una vez por todas garantice la permanencia en el tiempo del poder adquisitivo de sus empleados y trabajadores.
Por eso hoy, ante el reciente anuncio de un irrisorio 3% de aumento por parte del gobierno de Santos para el próximo año, todos los trabajadores de esta Universidad debemos tomar conciencia de que es ahora o nunca esta pelea y con entusiasmo debemos prepararnos para confrontar la desidia de la administración universitaria que, muy seguramente, se burlará irresponsablemente de nuestras exigencias y tratará por todos los medios de desacreditar nuestra lucha con argumentos banales de “austeridad y falta de presupuesto”. SINTRAUNAL y el grueso de los trabajadores estamos firmemente convencidos de que nuestros propósitos son justos y necesarios y que nuestro movimiento de reivindicación y de mejora salarial día a día se hará más fuerte hasta hacernos conseguir la victoria.
POR UN JUSTO AUMENTO DE SALARIOS…
¡¡TRABAJADORES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL EN PIE DE LUCHA!!
ASAMBLEA GENERAL JUEVES 2 DE AGOSTO/2012
AUDITORIO FACULTAD DE DERECHO
Junta Directiva Nacional
Bogotá julio 31 de 2012
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